sábado, 30 de mayo de 2009

SALUD EN SAN LUIS, LOS CHANTAS COMO FUNCIONARIOS...
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A confesión de parte… Alberto “Beto” Díaz a cargo del área de Infraestructura Hospitalaria admitió que en su área no saben
Hace algunos días, Alberto “Beto” Díaz, en conferencia de prensa, admitió que se debieron realizar varias modificaciones, aunque trató de minimizarlas permanentemente, en los dos hospitales de DOSEP, que se están construyendo en Villa Mercedes y en el cruce de Ruta 3 y Camino del Portezuelo, en el Departamento Capital, señalando siempre que las modificaciones fueron hechas luego de consultar a “quienes saben”. Entre esos “quienes saben”, en ningún momento hizo referencia ni a él ni al ministro de Salud, Adrián Garraza.
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Respecto al de Villa Mercedes, dijo que la obra “está casi terminada, faltan algunos detalles”, los que minimizó señalando que “lo han pedido los médicos, que son los especialistas que van a trabajar allí, que son cambiar una puerta de quirófano y aislamiento. Son menores, son menores”, repitió, pero más adelante dijo “estamos a punto de recibirlo, sólo faltan esas tres o cuatro cositas que dije antes”, sin darse cuenta que “antes” se había referido a un solo “detalle”. ¿Omitió contar dos o tres “pequeños detalles” más?

En referencia al que se está construyendo en el Departamento Capital, dijo que “nos han hecho lugar a unas observaciones que hemos hecho” y remarcó que “todas estas observaciones se hacen a partir de los que saben, de los médicos” y entre las modificaciones realizadas, mencionó “algunos sectores de los quirófanos, algunos lugares de laboratorios”, e increíblemente dijo “cosas que, al diseño original, no reforman”, como si el cambiar estructuras no reformaran al diseño original, pero fue más sorprendente aún, cuando señaló que “se han volteado algunas paredes, que no están hechas (¿?)”, que dan pie a preguntarse: ¿Cómo pueden voltearse paredes que no están hechas?, o si en realidad estaban hechas y se voltearon, ¿No reformaron el proyecto original?.

Como si todavía no se superara la capacidad de asombro, continuó enumerando las reformas, que para él no lo son, como “colocar otros laboratorios, otros pasillos” y remató con un “pero todo normal”. Y como somos demasiados preguntones, pues preguntamos: Para Díaz ¿Todas esas modificaciones al proyecto original, se encuadran dentro del “todo normal”? Ahora, si así las cosas es “todo normal”, nos tenemos que dar cuenta del por qué las obras públicas en San Luis duran tan poco tiempo y cuesta tanto “ponerlas en valor”.

En tren de preguntar, podemos agregar que, si se tienen que hacer tantas modificaciones a los proyectos originales, con el agregado en el costo que esto significa, luego de “consultar a los que saben”, ¿No sería más barato para el Estado -léase pueblo- nombrar como funcionarios a los que saben? Si se nombrara como funcionarios a los que saben ¿No se harían mejor las cosas?

En diálogo informal con nuestro medio, un ex funcionario provincial, nos decía que “todas estas modificaciones que se hacen en las obras y que nos cuestan más, ocurren porque se llama a licitación de manera errónea” y apuntó que se ahorraría más dinero y esfuerzo “si primero se llamara a un concurso de proyectos de obra y en base al proyecto de obra ganador, luego se hiciera la licitación”, asegurando que “para algunas cosas, un solo proyecto vale para todas las licitaciones, pero hay casos especiales en los cuales un proyecto que funcionó en una licitación, es totalmente inservible en otra”, y como ejemplo citó los diques y los hospitales, precisamente.

Informe: Carlos Rubén Capella carlosrcapella@yahoo.com.ar
http://www.periodistasenlared.info/mayo09-29/nota8.html