domingo, 11 de julio de 2010

SAN LUIS: OBRAS FARAONICAS POUR LA GALLERIE..






Desde geiseres artificiales hasta un cabildo Las increíbles "siete maravillas" de Rodríguez Saá Costaron millones, pero pocos turistas las visitan
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SAN LUIS.- Una pirámide vidriada de siete pisos: 350 millones de pesos. Un obelisco de 130 metros de altura: 37 millones. Un circuito internacional para carreras de autos: 50 millones. La réplica del Cabildo, con su plaza y Pirámide de Mayo: 14 millones. La lista, que incluye géiseres artificiales y el mástil más alto del país, entre otras obras, no deja lugar a dudas: en San Luis, atraer al turista no tiene precio.



Después de que Adolfo Rodríguez Saá centró buena parte de sus cinco períodos como gobernador (1983-2001) en un plan de viviendas que hoy aloja a la mitad de la población provincial, su hermano y sucesor en el cargo, Alberto Rodríguez Saá - mayo 2003...- , decidió imprimirle su sello personal a la obra pública: continuó sumando- algunas- casas y kilómetros a las autopistas iluminadas, pero no se privó de impulsar construcciones monumentales que desafían la imaginación y no escapan a la polémica.

Hoy, muchas de ellas parecen no despertar el interés del turismo y, mucho menos, de los habitantes locales.

Por caso, el puñado de pobladores de Toro Negro, un humilde caserío separado de la capital puntana por 60 kilómetros de viento y desierto, tiene el privilegio de convivir con el mástil más alto del país: alcanza los 60 metros de altura, está rodeado por un anfiteatro de piedra y cemento, y costó 1,6 millones de pesos. Fue inaugurado en 2005, para homenajear a Manuel Belgrano y atraer turistas a uno de los departamentos más pobres de la provincia, según las explicaciones oficiales.

Sin embargo, nadie contemplaba la deteriorada Bandera de 5,40 metros de largo por 2,80 de ancho cuando La Nacion lo visitó, el feriado del 9 de Julio, primer día del fin de semana largo. Eso no impedía que una veintena de reflectores encendidos compitieran con el sol para iluminar la Bandera.

Peor suerte hubo en el embalse de Villa General Roca, a 10 kilómetros de Toro Negro, donde no había rastros de los géiseres artificiales instalados en junio de 2005 y presupuestados en 425.000 pesos. "Están en reparaciones", apuntaron los cuidadores del lugar, que reciben 600 pesos mensuales del Plan de Inclusión Solidaria. "De noche se iluminan con los colores del arco iris. De día sirven para oxigenar el agua de los pejerreyes", agregaron, antes de agradecer la visita.

Si bien las obras emblemáticas del gobernador se extienden por toda la provincia ?como el escenario flotante de 900 metros cuadrados de la sureña laguna Epumer, inaugurado en terrenos restituidos al pueblo Ranquel?, su principal debilidad parece estar concentrada en La Punta.

Creada en 2003 a 20 kilómetros de la capital, la localidad no tiene supermercado ni estación de servicio, pero ostenta la Universidad Provincial de La Punta, que incluye un campus residencial de cinco torres.

A metros de allí, se despliegan un planetario dedicado a los niños; el Data Center, o núcleo tecnológico de la "autopista de la información" puntana, y los 1800 metros cuadrados del set de filmación de San Luis Cine. Otrora sede de las aspiraciones hollywoodenses de la familia gobernante, el complejo muestra hoy un escaso movimiento, aunque recibe un fondo de desarrollo anual de 10 millones de pesos.

El estadio
Casi todos los habitantes de La Punta, que residen mayormente en viviendas construidas por la provincia, podrían entrar, sentados, en el estadio de fútbol Juan Gilberto Funes, que tiene una capacidad para 15.065 espectadores. Terminado en marzo de 2003, a un costo oficial de 7 millones de pesos, sólo estuvo colmado en tres oportunidades: durante el partido inaugural entre Independiente y Vélez Sarsfield; con el "partido de otra galaxia", que en 2008 reunió a Lionel Messi y Ronaldinho, y en un recital de rock del Indio Solari, en 2009.

Aunque tiene 27 palcos privados, que alquila la gobernación, hoy lo utilizan dos equipos locales, que a duras penas reúnen más de 200 aficionados. La guía turística del estadio, también beneficiaria del plan social, explicó con orgullo: "Aquí no encuentra trabajo el que no quiere".

Aunque todavía no pasaron dos meses desde su inauguración, mejor suerte corre la réplica del Cabildo porteño, que recibe a unos 3000 visitantes cada fin de semana. "Es una oportunidad única de ver cómo fue realmente en su tiempo", indicó la directora del colegio privado Santa Catalina, Liliana Botari, mientras coordinaba la visita de un centenar de alumnos. Acababan de visitar otro monumento "importado" por San Luis: la fachada de la Casa de Tucumán, situada en la plaza 9 de Julio de la capital. Botari se mostró ilusionada con la posibilidad de que La Punta albergue una nueva réplica: La Recova de 1810.


A media hora del Cabildo, se levanta el Autódromo Potrero de los Funes, que rodea el lago homónimo y costó 50 millones de pesos. Concebido como un circuito internacional, desde fines de 2008 fue utilizado en sólo cuatro ocasiones: tres carreras y el carnaval carioca de marzo pasado, en el que participaron mil bailarines traídos desde Río de Janeiro, Brasil, a un costo de 6 millones de pesos, según cifras oficiales.

Cerca del autódromo se construyó la Casa de los Trebejos, para albergar el Mundial de ajedrez de 2005. Costó 10 millones de pesos y hoy pelea para albergar alguna que otra conferencia.

Claro que cualquier suma parece ínfima cuando se la compara con los 350 millones de pesos que la provincia invirtió en su nueva Casa de Gobierno: una pirámide "deconstruida", cubierta de vidrio, acero y titanio, que domina toda la ciudad de San Luis desde uno de sus ingresos. Inaugurada el viernes, en breve estará acompañada por una torre de 130 metros de altura que costará 37 millones de pesos. Su valor simbólico parece aún mayor para Rodríguez Saá, que la bautizó el "Hito del Bicentenario".


Todo en gran escala
El Cabildo y la plaza . La réplica fue instalada en la ciudad de La Punta, con un costo de 14 millones de pesos, como parte de los festejos del Bicentenario. Es una de las obras que por el momento está congregando más visitantes en la provincia.

El mástil más grande . Está en el caserío de Toro Negro. Tiene 60 metros de alto y está rodeado por un anfiteatro. Costó 1,8 millones. Casi nadie lo visita.

Estadio sin público . Se jugó allí un puñado de partidos amistosos de profesionales. Pero ahora lo usan equipos que no juntan más de 200 espectadores.

El planetario. Está también en La Punta, dedicado a los niños. Tiene poca actividad. Cerca de allí está el núcleo tecnológico de la "autopista de la información" ; y un set de filmación de 1800 metros cuadrados, donde se filmaron decenas de películas en los últimos años.
Gustavo Eduardo Senn
Marcelo Veneranda
Enviado especial
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1283584






Sapem, la empresa estatal que decide quién hace cada obra
Gana todas las licitaciones y luego contrata a privados; quejas opositoras

SAN LUIS (De un enviado especial).? No tiene máquinas ni albañiles, pero su nombre se repite en los carteles de las obras más paradigmáticas de esta provincia, como la nueva Casa de Gobierno o la réplica del Cabildo porteño.

Para el oficialismo, la Constructora San Luis Sapem es la herramienta que explica un fenómeno de construcciones rápidas y baratas, sin los retrasos de la burocracia estatal. Para la oposición, en cambio, es la cubierta que esconde el manejo discrecional de la obra pública.

La sigla Sapem refiere a Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria, una figura jurídica empleada desde 2003 por el gobierno de Alberto Rodríguez Saá, cuando los precios de los contratos públicos se disparaban por la inflación. Desde ese entonces, y aunque posee un 99% de capital en manos del Estado, compite con otras privadas en las licitaciones de obras públicas. Y no suele perder.

Las quejas de la debilitada oposición puntana apuntan al modo en que opera la constructora estatal. De un lado, porque una vez ganada la licitación, contrata directamente a las mismas empresas privadas, que se encargarán del trabajo real. Del otro, porque sólo debe cumplir los requisitos de una sociedad anónima a la hora de justificar gastos.

"Como mucho, los diputados reciben una sola hojita, con ingresos y gastos, como única explicación de los millones que maneja la Sapem", explica Pedro Risma, ex funcionario de los Rodríguez Saá que hoy reporta al kirchnerismo. No hay lugar para interpelaciones: la oposición no alcanza al tercio en la Cámara de Diputados y no tiene un solo representante en el Senado.

Para el diputado provincial Eduardo Gargiulo, la Sapem no es más que una "pantalla institucionalizada para evadir controles" a la que ninguna empresa privada se atreve a enfrentar en una licitación. Según el legislador, la empresa termina aprobando aumentos igual que las privadas. Sus ejemplos son la nueva Casa de Gobierno, que en poco meses elevó su costo de $ 280 a 350 millones, y la réplica del Cabildo, licitada en $ 8 millones y que costó casi 14.

"Los balances y controles se hacen según la normativa vigente", responde la ministra de Hacienda, Teresa Nigra, que contrapone los dos años en que se construyó la nueva Casa de Gobierno con los 31 que necesitó el edificio de San Juan. "No sólo no podríamos terminar las obras, sino que volvería a pasar lo que sucede en el resto del país, donde ni siquiera se hacen las licitaciones", dijo.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1283583