sábado, 8 de marzo de 2008

DIA DE LA MUJER Y LA NUEVA CONDUCCION DEL PJ...
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Este sábado se celebro el día internacional de la mujer, el feudal de Puntania para no ser menos lo celebro el jueves pasado en la sede de la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Martín, en la provincia de Buenos Aires.
Rodríguez Saá estuvo acompañado por dirigentes femeninas de la provincia de Buenos Aires, entre las que se encontraban Teresa González Fernández, Mercedes Landa, Claudia Tronconi, Andrea Prodan y Lilian Keller (madre de Adrián Suar). Además, el acto contó con la adhesión de Eva Gatica, hija del mítico boxeador puntano José María “El Mono” Gatica, y la presencia de los dirigentes bonaerenses Daniel “Chicho” Basile, Horacio Alonso y Carlos Dellepiane.
En la oportunidad además de dar loas a la mujer y sus valores despotrico - como ya es costumbre- contra Kirchner y la nueva conducción del peronismo nacional. Amago nuevamente con presentarse a la interna partidaria pero solo fueron amagos por que al final va impugnar todo. A fin de cuentas una reunión consuelo para terminar denostando al verdadero lugar por donde se cocina el poder del PJ y en el cual no tiene lugar...
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Un trámite veloz, a la medida de Kirchner El congreso del PJ duró sólo una hora
Un experimentado dirigente del conurbano apretó en un abrazo al gobernador formoseño Gildo Insfrán y le gritó al oído, entre la multitud: "¡Grande, Gildo! ¡Qué manejo impecable del Congreso!". Los dos se abrazaron otra vez, divertidos, y se rieron a carcajadas.
El elogio al mandatario, claro, no era más que una ironía picante. Insfrán ayer fue presidente del congreso del PJ sólo una hora, uno de los encuentros peronistas más cortos en la historia del partido. Una gestión de oficio a la medida de la era K.
"¡Me gustaban más los otros, los congresos que terminaban a los sillazos!", confesó Antonio Cafiero, sonriente, mientras buscaba la salida de Parque Norte. A lo lejos, el histórico bombista del partido, Tula, se alejaba sin bombo ni banderas, como ícono solitario del folklore partidario ausente. Eran las 13.40 de ayer, apenas 60 minutos después del inicio de las deliberaciones.
El salón se colmó de intendentes, gobernadores, sindicalistas y ministros sólo después del mediodía. A esa altura, lo inevitable ya se sabía: ni Kirchner ni los opositores peronistas ligados a Duhalde, Menem, Rodríguez Saá y Puerta irían a la cita.
Eso no impidió que el congreso del PJ estuviera lleno de enemigos históricos, perfectamente disimulados entre saludos y venias. El camionero Hugo Moyano posó para las fotos, mientras el gastronómico Luis Barrionuevo se esfumaba entre la gente. "Nadie va a sacar los pies del plato", les dijo a los periodistas.
Los intendentes del kirchnerismo puro se cruzaban con sus enemigos del PJ tradicional, casi sin querer, cada vez que daban una vuelta al salón atiborrado de cámaras y hombres de seguridad. "Nos une Kirchner, que sintetiza el pensamiento peronista", decían todos, con impostada corrección.
Cuando llegaron buena parte de los ministros nacionales, encabezados por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, empezó el encuentro. Eran las 12.45.
Cafiero subió al escenario con el interventor del partido, Ramón Ruiz, y el apoderado, Jorge Landau. Antes de que pudieran hablar, los 803 congresales ya cantaban la marcha peronista. Fue el único momento de euforia de la jornada.
"No hay mucha algarabía", opinaba una señora que vendía fotos de Eva Perón a 2 pesos y prendedores de Cristina Kirchner a 4, en el preciso momento en que se leían las primeras mociones. Al final, se escabulló entre los periodistas, con cara larga y pocas ventas.
Cafiero, mientras tanto, tomaba la palabra. Habló de su "profunda emoción" y dijo que el partido tenía "un solo rival: el tiempo". Tal vez por eso habló menos de 10 minutos.
En el hotel Panamericano, la noche anterior, los operadores del partido habían negociado hasta las 4 quiénes serían las autoridades del congreso, así que la lista tuvo un veloz despacho. Después llegó otra rareza para el conglomerado heterogéneo de dirigentes: Cafiero fue el único orador. A diferencia del flamígero encuentro de hace tres años, esta vez los congresistas votaron por unanimidad, sin euforias ni debates.
"Fue un trámite", admitió luego el gobernador sanjuanino, José Luis Gioja, una de las autoridades. Obviamente, habló del líder ausente: "Es por Kirchner, el dirigente más representativo, que garantiza éxito". Afuera, apenas se oían unos redoblantes, mientras resonaban los gritos de la marcha peronista otra vez.
Por Juan Pablo MoralesDe la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/politica/nota.asp?nota_id=993845
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Córdoba El peronismo en los tiempos de la soja
Es cierto que la frase fue acuñada por Perón pero la repiten todos los dirigentes justicialistas cada vez que pueden:... Gonzalo Neidal
Es cierto que la frase fue acuñada por Perón pero la repiten todos los dirigentes justicialistas cada vez que pueden: “Los peronistas somos como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando, en realidad nos estamos reproduciendo”.
En un partido acostumbrado a las fricciones y encontronazos de mayor calibre, la rara unanimidad lograda alrededor de Kirchner es, cuanto menos, llamativa. La conclusión es obvia pero tentadora: si cuando se pelean se reproducen, ¿esta melosa amistad supone una castración masiva?Algo de eso hay: no se recuerda en el PJ, ni aun en tiempos de Perón, tanta unanimidad en torno de una persona que, para colmo, carece del más elemental carisma. Nada se discute, todo se acata. El opositor Lavagna, que hablaba pestes del gobierno de Kirchner, fue doblegado a la manera del volátil Borocotó. Los gobernadores de cada provincia saben lo que tienen que hacer. Sólo les cabe una actitud de obediencia ciega y genuflexa pues, de otro modo, serían afixiados por la Nación en pocas semanas.
El ex presidente fracasó en su intento de hacer un frente transversal, cooptando a los “progres” de cada partido. Ahora intenta hacer del peronismo un partido “progre”. No necesita argumentos. No los esgrime ni se molesta en darlos a conocer aunque sea bajo la forma de algún folleto ilegible. No hace falta: lejos de los Kirchner no existe vida política posible.
Salvo algunos rebeldes inconscientes, todos los peronistas están alineados, calladitos y con el guardapolvo almidonado y recién planchado. Nadie osaría discutir nada con el atrabiliario presidente virtual del PJ. Todos saben que deberán escribir cien veces en el pizarrón que los números del INDEC son verdaderos, que Chávez marca el camino de la unidad latinoamericana, que los Montoneros eran jóvenes idealistas dignos de monumentos y loas, que no hay un ápice de corrupción en el gobierno.
Es el peronismo en los tiempos de la soja.
Poseedor de la caja más grande del mundo, puede prescindir de la doctrina, de la discusión, de la seducción. Porque la política es, siempre, seducción.
Pero a esta película ya la vimos varias veces. Y nunca ganó ningún Oscar. Primero rodearon a Menem, luego a Duhalde y ahora a Kirchner. Pero Kirchner no será el último. En pocos años vendrá otro y el hoy inmaculado matrimonio presidencial entrará en el tobogán de la desgracia. Y la historia será otra. Muy parecida pero con otros protagonistas. Los héroes de hoy serán los nuevos villanos y ya no besarán la chica al final.
Son pocos los que no sucumben a la tentación del éxito asegurado. Uno de ellos es el ex gobernador José Manuel de la Sota que, hacia el final de su gobierno, ya comenzó a despegarse de la Casa Rosada. Todo este tiempo ha estado comprando acciones de opositor, que están devaluadas. Durante su gestión, claro está, no podía oficiar de díscolo. Como tampoco lo puede hacer Juan Schiaretti ahora. Aunque a diferencia del actual gobernador, De la Sota sentía un rechazo más visceral hacia la pareja presidencial. Por su formación y por su historia política.
Al igual que los hermanos Rodríguez Saá, De la Sota espera un cambio en la dirección del viento político. Ya hizo lo mismo en Córdoba y no le fue tan mal. Soportó el largo tiempo de la derrota a manos de los radicales, hasta que llegó su hora y pudo gobernar esta provincia. Ahora, con algunos años más, pero con la ambición intacta, aguarda en silencio que la configuración de los astros le sea nuevamente favorable.
Mientras tanto, en la Capital Federal, el peronismo sojero festeja su nuevo orden sepulcral con sus labios morados de tantos frutos y mieles.
http://www.lmcordoba.com.ar/2008/03/08/nota161367.html