lunes, 4 de febrero de 2008

REUNION KIRCHNER - LAVAGNA: EL FEUDAL ESTA DE BOCA CERRADA...
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La reunión Kirchner Lavagna apunta a mostrar un proceso ordenado dentro de la reorganización del peronismo, además de legitimar el triunfo de Kirchner hacia adentro del peronismo.
Al feudal de Puntania este hecho político no le cayo nada bien, de hecho se cocio el fin de semana la boca y solo un editorial de su diario esbozo algunas ideas acerca de la reunión.
Cada día que pasa lo acerca más a una definición, la de de decir que quiere participar en la interna pidiendolo imposible de modo que esta actitud justifique luego su no participación en la misma y la de armar un rancho aparte con los residuos del peronismo de Menem, Cohan y compañia...
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CINCO CONSULTORES POLITICOS ANALIZAN EL ACUERDO ENTRE NESTOR KIRCHNER Y ROBERTO LAVAGNA
Los motivos, los costos y las ganancias¿Qué gana Kirchner y qué Lavagna con su alianza para reorganizar el PJ? Consultados por este diario, responden Artemio López, Analía Del Franco, Hugo Haime, Graciela Römer y Rosendo Fraga. Las interpretaciones van desde la reconfiguración del peronismo en un polo de centroizquierda hasta una jugada para seducir a las clases medias.
OTRAS VOCES
El acuerdo entre Néstor Kirchner y Roberto Lavagna para encabezar la reorganización del Partido Justicialista abrió un nuevo escenario en la política nacional. ¿Qué gana el oficialismo y qué el ex ministro de Economía? ¿Pagarán algún costo? ¿Cuál es la estrategia de Kirchner? ¿Qué perfil adoptará la incipiente reconfiguración del peronismo? ¿Cuál será el destino de aquella transversalidad? Esas fueron las preguntas que Página/12 les formuló a distintos consultores políticos. Tan compleja como inesperada, la nueva alianza habilitó interpretaciones tan disímiles que oscilan entre la reafirmación de la búsqueda de un polo de centroizquierda al estilo europeo, hasta el surgimiento de un incipiente “panperonismo” menos ideológico y simplemente pragmático, donde quepa todo aquello que se pueda juntar. Donde todos los analistas consultados coinciden en que la novedad tiene como destinatario principal a las clases medias que le dieron la espalda en las últimas elecciones al kirchnerismo, que ahora busca ampliar las bases de sustentación del gobierno de CFK.
- Analía Del Franco (consultora Analogías): “La alianza entre Kirchner y Lavagna es una muestra más de que el ex presidente se toma en serio esto del fortalecimiento del peronismo. Y con esos fines es que juega fuerte para juntar todo lo que pueda y para acercarse a los que sean más afines. Es que el partido en el que está pensando es uno aggiornado a las modalidades ideológicas actuales, uno que sea de cuadros políticos, amplio y que incluya a los sectores medios. En ese marco es que se da el acuerdo con Lavagna, en donde uno de los principales objetivos es generar la sensación de que se trata de un proceso de unión dentro de la diversidad para captar el voto de la clase media y enfrentar a los Rodríguez Saá. Si a esto se le suma que no existe un lavagnismo dentro de las estructuras del PJ, queda evidenciado que el acuerdo es más una señal para afuera que para adentro del peronismo. Respecto de la alianza del ex ministro con la UCR de Gerardo Morales, simplemente forma parte del pasado. Incluso, me atrevería a relativizar ese acuerdo para afirmar que lo que existió fueron dos líneas dentro de lo que fue el peronismo virtual posterior a la crisis de 2001. Lo cierto es que Lavagna procuró diferenciarse en octubre al postularse como candidato opositor, por eso sorprende que ahora haya aceptado esta propuesta. De Kirchner, en cambio, se sabe que es pragmático y que está dispuesto a mantener lo suyo a cualquier costo”.
- Artemio López (Equis): “El acercamiento de Lavagna, la tercera minoría del país en las últimas elecciones, hacia Kirchner tiene un importante impacto político. En primer lugar, este acuerdo legitima el triunfo de Kirchner hacia adentro del peronismo, que comienza a reconocer al ex presidente como ‘el’ vértice de la construcción. Y se va acentuando un fenómeno que es la consolidación de la idea de que Carlos Menem y Eduardo Duhalde poco tienen que ver con este proceso y ya pasaron a formar parte de la historia. Kirchner sale fortalecido porque, si bien no es un hecho que cambie el panorama, sí pone la iniciativa política en sus manos con una maniobra que expande la legalidad a sectores que venían por afuera.
Desde el punto de vista de Lavagna, también implica un fortalecimiento ya que no tenía ninguna perspectiva hacia adelante. Hay que recordar que a las doce horas de saber los resultados de la elección nacional, los radicales se retiraron de la alianza que tenían con él, y también se esfumó ese kirchnerismo Dolce Gabanna que proponía y que era irreal. Queda claro que a Daniel Scioli, que había sonado para formar parte de la mesa de conducción partidaria y tiene una trayectoria más neoliberal, se busca abulonarlo al sillón de la gobernación bonaerense ante la posibilidad de que exista un futuro eje Scioli-Macri, y en esto Kirchner es inflexible. En síntesis, con esta maniobra en la que Kirchner solamente refuerza el banco de suplentes, sale sumamente fortalecido y refuerza su liderazgo.”
- Hugo Haime (Hugo Haime & Asociados): “En un país en el que los partidos carecen de representación, lo que Néstor Kirchner busca es institucionalizar al suyo. Y, a pesar de que no sepamos qué ocurrirá con el Frente para la Victoria, con los radicales K, ni con la Concertación Plural, sí sabemos que el peronismo es un movimiento y no un partido estalinista, por lo que se procura que estén presentes la mayor cantidad de expresiones posibles.
Ante este escenario, el acuerdo con Lavagna ataca los argumentos que cuestionan el autoritarismo del ex presidente y dice: ‘Dentro de mi concepción, acepto todos los disensos’. En términos más generales, lo que estamos viendo hoy en la Argentina es el resurgimiento de los partidos políticos. Por un lado el peronismo, y por el otro la UCR, que deberá resolver su destino entre la línea del vicepresidente Julio Cobos y la de Gerardo Morales. Lo que también queda claro es que todos aquellos que postulaban que Kirchner era un hombre de izquierda y que su destino era destruir al pejotismo se equivocaban. Lo que se está construyendo es, como ellos mismos dijeron, un justicialismo de centro-progresista”.
- Graciela Römer (Graciela Römer & Asociados): “Si se confirma que efectivamente existe el acuerdo, me parece una jugada estratégicamente brillante del ex presidente, que aceleradamente está comenzando a transitar los objetivos planteados en su momento. La incorporación de la figura de Lavagna aporta esa transversalidad que todavía no termina de cuajar, recrea al PJ desde un eje más consistente y postula, con estilo europeo, un polo de centro-izquierda cercano a la socialdemocracia. Evidentemente, en esta decisión se leen las consecuencias de lo sucedido en las últimas elecciones. Allí, Cristina Kirchner fue abandonada por las clases medias y debió recostarse sobre las bases tradicionales del PJ.
Ahora, esta opción es una chance para recuperar a esos sectores medios. Por otro lado, al realinearse de este modo las fuerzas dentro del peronismo, hasta el duhaldismo queda incorporado. El que queda descolgado es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, que aspiraba a ocupar el espacio que hoy ostenta Lavagna. Por lo pronto, Scioli seguramente se alineará detrás del armado de Kirchner, pero habrá que ver qué es lo que ocurrirá en el futuro. Respecto de la oposición interna, creo que va haber un dura batalla entre los diferentes sectores del menemismo residual. Francisco De Narváez es hasta ahora el único que confirmó su intención de postularse por la presidencia del peronismo, pero resta esperar por lo que hagan los Rodríguez Saá. Por lo pronto, generalmente las internas partidarias no generan particular interés en la opinión pública. Para ver cómo lo procesa la sociedad, habrá que esperar recién hasta las próximas elecciones”.
- Rosendo Fraga (Nueva Mayoría): “Con el acuerdo, lo que Kirchner está buscando es que el peronismo represente a la mayor cantidad de sectores y entidades políticas posibles. Tan es así que el partido ratificó esta semana su pertenencia a la Internacional Demócrata Cristiana (en la que se destacan la alemana Angela Merkel, el francés Nicolás Sarkozy y el español José Aznar). De este modo, más que transversalidad o Concertación Plural, lo que se está configurando es una especie de ‘pan-peronismo’ donde confluirían desde Lavagna, pasando por De Narváez, (Ramón) Puerta, (Hugo) Moyano y (Luis) Barrionuevo. Incluso los sectores del duhaldismo que eran cercanos a Lavagna pueden encontrar por esta vía un sendero para volver a acercarse al poder. La idea es la de un peronismo menos de izquierda, ya que el ‘pan-peronismo’ no es un concepto donde quepan los polos de centroizquierda y centroderecha.
Por otro lado, vale resaltar que con la presidencia del PJ, Kirchner justifica su rol en el poder. Desde esa posición, es lógico que se reúna con gobernadores, intendentes y sindicalistas, cosa que carecería de explicación si lo hiciera desde su oficina en Puerto Madero. En lo que respecta a Lavagna, él siempre dijo que iba a seguir en el PJ y que desde ahí pensaba trabajar. Lo que sorprende es que lo haga con Kirchner ya que, en lo que respecta a la opinión pública, seguramente ambos tendrán que pagar algún costo. En definitiva, este acuerdo deja sobre la mesa un nuevo escenario que no hace más que darle argumentos a (Elisa) Carrió”.
Producción de Diego González, con la colaboración de Julián Bruschtein.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-98445-2008-02-04.html

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POR QUE KIRCHNER CONSENSUO CON SU EX MINISTRO
La estrategia K del acuerdo
Por Fernando Cibeira“Lavagna representa algo que ni siquiera es lo que intentó mostrar en la campaña: diría que es un modo de gestión eficiente y ordenado. Además, en las elecciones sacó unos cuantos votos”, explicaban ayer cerca del ex presidente Néstor Kirchner al hacer la evaluación de qué habían conseguido sumando al ex ministro de Economía a un armado que se suponía ya tenía ganado de antemano, y con comodidad: la pulseada para conducir al justicialismo. En lo interno, consideraban que les servía para dejar en la vereda de enfrente a “los dirigentes del menemismo aggiornado” y debilitar cualquier opción opositora que se intentara construir, por ejemplo, desde el duhaldismo aún no alineado y aledaños.
Cerca del ex presidente desmentían que Lavagna vaya a convertirse en vicepresidente del PJ, opción que dejaría fuera de carrera al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien se había autopostulado para acompañar a Kirchner. Se supone que la estructura del PJ será reformada, por lo que todavía no está claro qué tipo de conducción tendrá. “Si hay cuatro vicepresidencias, puede ser que Lavagna ocupe una. Pero si hay una sola, seguro que no es para él”, explicaba uno de los dirigentes que siguen de cerca las negociaciones.
Scioli mantuvo ayer contactos con algunos dirigentes para mostrar su enojo porque lo hacen ver enfrentado a Kirchner, Alberto Balestrini o algún otro, cuando sus palabras tienen invariablemente una dirección “positiva”. “La verdad es que Daniel siempre acompaña, no tenemos motivo para hacer una jugada en su contra”, decía ayer una alta fuente K.
Lo de Lavagna, entonces, no tiene como objetivo dirigir ningún mensaje a Scioli, sino conseguir la adhesión de un sector justicialista que no estaba comprendido dentro del kirchnerismo y que consideran afín. “Representa la parte del peronismo que nos interesa convocar”, subrayaban. Aseguraban que semanas atrás un mensajero llegó a la Casa Rosada con la posibilidad de acercar posiciones con Francisco de Narváez y que fue rápidamente despachado. “Está claro que con De Narváez no tenemos nada que ver, él piensa la política como un negocio. Está bien que nos enfrentemos en la interna, nadie puede suponer que consiga muchos votos”, respondían.
En las cuentas del Gobierno, lo que para ellos se traduce en suma, para los que están enfrente es resta. “Somos los únicos que mostramos signos de crecimiento, todos los demás achican su espacio o están congelados. Por otro lado, a la oposición dentro del peronismo le sacamos un candidato importante”, marcaban. Por cierto, alguna vez, en campaña presidencial Lavagna se había mostrado preocupado por la situación interna dentro del PJ, pero últimamente no había dado signos de interés. Cerca del ex presidente habían calculado en un 15 por ciento la cosecha que podría haber obtenido el ex ministro de enfrentarse con Kirchner.
Ahora esas especulaciones suenan lejanas porque están todos en el mismo barco. Aunque no tanto como para imaginar que Lavagna pueda volver a ocupar un rol en el Gobierno. “De las conversaciones que mantuvimos con él, la idea que nos quedó es que quiere seguir conservando un rol de kirchnerista crítico, marcando diferencias. Esas diferencias las va a mantener”, avisaban. En el Gobierno, entonces, difícil. En cambio, lo consideraban con el perfil ideal para representar al país en algún organismo internacional, sin dar mayores precisiones. Cuando Eduardo Duhalde lo convocó para ser ministro, Lavagna representaba a la Argentina ante la Unión Europea.
Lavagna, añadían, es sólo él. Ninguno de los integrantes de su espacio se acerca a lo que él representa (entiéndase como una renovación dentro del PJ). No obstante, daban por hecho que ex duhaldistas luego lavagnistas, como Eduardo Camaño y Jorge Sarghini, se integrarían junto al ex ministro en el armado K.
El acuerdo que se cerró con celeridad entre jueves y viernes en la quinta de Olivos –definían– “le sirve a Lavagna porque había quedado muy colgado después de la elección; y a nosotros también, porque nos amplía la base de sustentación”. Además del senador José Pampuro, de la jugada también estaban al tanto el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y, obviamente, la Presidenta. De Cristina Fernández de Kirchner se dijo ayer que estaba contenta con el acuerdo, pero poco más: “Se mantiene al margen de las negociaciones por la cuestión partidaria, está muy metida en los temas de gestión”, aseguraba uno de sus colaboradores más estrechos.
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Regreso inesperado: los planes del ex presidente y la palabra de su nuevo aliado
Kirchner trabaja para alinear a todo el PJ. Presentará su plan junto con Lavagna
Esta semana se escenificará el segundo plan inmediato de Néstor Kirchner. Después del pacto con Roberto Lavagna en la quinta de Olivos, el ex presidente se presentará con su ex ministro de Economía y adversario en la pasada campaña para presentar el proyecto programático de esta suerte de alianza política.
Así lo adelantó a LA NACION un estrecho colaborador de Kirchner que conoce los detalles más secretos del acuerdo político concretado entre el jueves y el viernes pasados entre el ex presidente y Lavagna.
La presentación conjunta apunta a mostrar "institucionalidad" en la jugada: el acuerdo no es sólo de alineamiento, sino que pretende instrumentar un programa de acción. Aún no hay fecha ni hora. Y el lugar podría ser el nuevo reducto del poder partidario: las oficinas del ex presidente en Puerto Madero. La pretensión primera que destaca el oficialismo es alinear a todo el peronismo detrás de la gestión de gobierno. Por eso la prioridad del kirchnerismo es captar a toda la dirigencia del PJ.
Después de sumar a Lavagna, negociación que llevó adelante el senador José Pampuro por pedido del ex presidente, las conversaciones avanzarán esta semana con el ex gobernador misionero Ramón Puerta, a quien seducen para que se sume sin críticas al proyecto de Kirchner. Con él también es posible que se agende un encuentro. Tendrá asegurada la conducción del PJ en Misiones, hoy intervenido. La idea del ex presidente es que Puerta tenga el protagonismo en la reorganización provincial.
Un operador de peso del kirchnerismo tradujo así la movida: "Queremos a todo el justicialismo unido". Con el acuerdo con Lavagna, Kirchner se asegura "el ciento por ciento" del apoyo de los congresales nacionales bonaerenses, el sostén principal del PJ a la hora de las elecciones internas, que ya tienen fecha: el 18 de mayo. La lectura en lo más alto del poder es que así desactivan cualquier iniciativa por fuera que pudiese plantear el ex presidente Eduardo Duhalde.
Por eso, Kirchner se aseguró en sus filas al ex diputado Eduardo Camaño, uno de los últimos duhaldistas que se resistieron al matrimonio presidencial y que jugaron con Lavagna en octubre. Quedó fuera de la Cámara de Diputados, pero ahora integrará "un lugar importante" en el PJ bonaerense, coincidieron ante LA NACION dos dirigentes kirchneristas.
En ese escenario, el gobernador Daniel Scioli, que soñaba con acompañar al ex presidente, quedó más alejado de un alto cargo. Aunque no es oficial, para Lavagna está reservada una de las cinco vicepresidencias del partido, detrás de Néstor Kirchner. ¿Qué le aporta? "Imagen", confiesan en estricto off de record los operadores del ex presidente. Y apuntan que el ex ministro no tendrá un papel relevante en la toma de decisiones.
Ayer, en declaraciones a una radio, Pampuro planteó la idea central del acuerdo: "Ahora los sectores más de derecha pueden juntarse y ofrecer una alternativa".
Nadie afuera
Más allá del sinceramiento del poco espacio efectivo que tendrá el ex ministro, en el oficialismo destacan los 3 millones de votos que consiguió en las últimas elecciones, detrás de Cristina Kirchner y Elisa Carrió, y de su fuerte presencia en Córdoba. Allí Lavagna salió primero. Kirchner trabajó duro también para alinear junto a él al ex gobernador cordobés José Manuel de la Sota. "Sabe que [el gobernador Juan] Schiaretti tiene que gobernar tranquilo, si no el próximo será Luis Juez", lo convencieron a De la Sota desde las filas kirchneristas.
El único escollo seguirá siendo la dupla puntana que integran los hermanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá. Los Kirchner piensan que ni siquiera se presentarán a las elecciones internas. Ellos, en cambio, argumentan que no se sumarán al proyecto oficialista y se animarían a acompañar Francisco de Narváez, ya lanzado a competir con el ex presidente. "Hicimos una valoración muy positiva de su lanzamiento", dijo a LA NACION Héctor Maya, ex compañero de fórmula del gobernador de San Luis. Para el oficialismo, la postulación del socio de Mauricio Macri cierra todo el armado. "Está alineado con la derecha", advierten.
Se concreta así, ni más ni menos, que el gran sueño de Kirchner. Comandar un amplio espacio de centroizquierda y dejar al jefe de gobierno porteño como la alternativa de derecha. De hecho, el pacto Kirchner-Lavagna tuvo una finalidad más en ese camino: debilitar por completo a la UCR oficial, que había apoyado al ex ministro en la campaña pasada.
Por Mariana VerónDe la Redacción de LA NACION
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COMO ES EL MECANISMO PARA DEFINIR EL LIDERAZGO
Quién se animará a enfrentar a Kirchner, la gran incógnita del PJ Por: Leonardo Mindez Después del tremendo golpe de efecto que significó el acuerdo Kirchner-Lavagna, la gran incógnita que queda por resolver en el proceso de "normalización" del Partido Justicialista es si alguien se animará a enfrentar al ex presidente y su ministro de Economía.
No es una pregunta cualquiera. El verticalismo es dogma de fe en el partido creado por el general Perón y hasta el día de hoy nunca hubo una disputa abierta por la conducción que hiciera necesaria una elección nacional entre sus afiliados.
Hay que recordar que la célebre batalla entre Antonio Cafiero y Carlos Menem fue una interna para definir la candidatura presidencial de 1989. Pero siempre que se trató de autoridades partidarias, se presentó una lista única que fue proclamada sin necesidad de elección.
"Me parecería espectacular que haya varias listas y se produzca un profundo debate de ideas sobre el futuro de nuestro partido", provoca el diputado y presidente del PJ bonaerense, José María Díaz Bancalari. Y como viejo zorro que sabe leer los escarceos de sus compañeros, lanza su augurio: "Algunos hablan, pero no creo que nadie se anime a enfrentar a Kirchner".
Por ahora, quien promete dar pelea es el empresario de reciente alianza con el macrismo Francisco de Narváez (ver "De Narváez..." ). Tanto el menemismo, como los hermanos Rodríguez Saá estudian todavía el camino a seguir.
Mientras tanto, todo el mecanismo se está aceitando como si finalmente se fuesen a producir las primeras elecciones internas para elegir autoridades en el PJ.
El primer paso es que los 24 distritos electorales alisten a sus delegados al congreso nacional. En 22 provincias el tema ya está resuelto. En Misiones, los elegirá el interventor local. Y en la provincia de Buenos Aires se realizará un congreso el próximo 22 de febrero para elegir a sus representantes. Una de las primeras cuestiones que deberá aprobar el congreso nacional, con fecha tentativa para el 7 de marzo, es una amplia amnistía. Es que de acuerdo a la carta orgánica, todo el que haya integrado una lista que no lleve el escudo del PJ en una elección nacional debería ser expulsado. Si así fuera, no queda casi nadie. Vale recordar que no hubo ninguna lista del PJ en las últimas elecciones.
Recién entonces, el Congreso elegirá a los 14 integrantes de la Junta electoral, que serán quienes fijen la fecha de las posibles elecciones, probablemente entre la segunda quincena de mayo y la primera de junio. Por las dudas, en el juzgado nacional electoral de María Servini de Cubría, ya están realizando la depuración de los padrones del PJ.

http://www.clarin.com/diario/2008/02/04/elpais/p-00601.htm