domingo, 15 de abril de 2012

RODRIGUEZ SAÁ Y EL TEATRO: EL FEUDAL DEBUTO EN LA CAPITAL, LA GRAN CORTE DE CORTESANOS Y FUNCIONARIOS APLAUDIO A RABIAR...



El ex gobernador actuó con el grupo TIM el viernes a la noche. La sala Hugo del Carril estuvo repleta de público y funcionarios. Poggi y Adolfo Rodríguez Saá entre los aplaudidores más entusiastas...


Todos para ver a “Albertnerón”
Por Marcos Videla. Nerón, uno de los más crueles e histriónicos emperadores romanos, despuntaba horas de holgazanería en el teatro. Creía que era un gran intérprete de canto y preparaba sus presentaciones instruyendo a un “cuerpo especial” de cortesanos y plebeyos que se encargaban de aplaudirlo y elogiarlo permanentemente.

La historia da cuenta de las excentricidades de emperador con minuciosos detalles. La tropa de los Augustiani, el “cuerpo especial” de elogios continuos, estaba compuesta por 5.000 caballeros romanos que, según el historiador Tácito, "pasaban los días y las noches haciendo resonar sus aplausos, alabando su voz y belleza en términos reservados a los dioses".

Nerón alternaba su tiempo entre asesinatos, torturas y vejaciones, con el entretenimiento y el “arte”. Junto con sus ejércitos de cortesanos e histriones daba rienda suelta a las fiestas y juegos. En cada una de las veladas se mostraba como un artista polifacético e inspirado y nadie se animaba a poner en duda el “talento” del emperador. Algunos que lo hicieron terminaron su vida violentamente y otros, con algo más de suerte, torturados y amputados.

El emperador recuperó los juegos y las diversiones para el pueblo de Roma, que estaban prohibidos desde la época de Tibero y convocó al “pueblo” a las atracciones del circo, en los que se incluían las famosas luchas entre gladiadores y fieras. Se sabe que bajo el mandato de Nerón llegó a contarse con más de 2.000 individuos perfectamente entrenados y preparados. Para su propio placer impuso una especie de broma: les ordenaba a sus senadores y nobles que bajaran ellos mismos a la arena y se pelearan entre sí, igualándolos de esta manera con esclavos y prisioneros. Esas “bromas” terminaron con la vida de 400 senadores y un numero mayor de hombres libres.

En la obra “Los doce césares. Del mito a la realidad”, de Régis F. Martin, se mencionan algunas de las más extravagantes y crueles imposiciones del “Nerón artista”. Mientras cantaba en los teatros, no estaba permitido al público salir del recinto. Algunas mujeres dieron a luz durante sus espectáculos. El emperador espiaba, tendía trampas, difamaba y sobornaba a sus adversarios teatrales que tenían más talento que el propio emperador. Para conservar su voz no dirigió jamás una arenga a sus soldados, sino por boca de otros y sin estar presente.

Además, es conocida su frase "¡Ah, qué artista muere conmigo!", que sollozó poco antes de clavarse una daga en la garganta, a los 32 años

El Albertnerón

Si el ex gobernador de San Luis decide dedicarse al teatro, tiene todo el derecho y, tal vez, condiciones para hacerlo. Pero la forma empalagosa y alabadora que sus propios medios de prensa relatan sobre sus actuaciones, lo acercan a un egocentrismo narcisista nunca visto en un funcionario que ha desempeñado el más alto cargo ejecutivo de la provincia de San Luis.

En una nota que publicó El Diario de la República se hace un relato y una crítica de la presentación artística del ex gobernador Alberto Rodríguez Saá en la obra El Acompañamiento, que ya ha interpretado en otros escenarios de la provincia, incluida su residencia de El Durazno, rodeado siempre de sus amigos y funcionarios, incluido el propio gobernador, Claudio Poggi.

El artículo del diario dice textualmente:

El Acompañamiento, de Carlos Gorostiza debutó a sala llena en la ciudad de San Luis, con la expectativa centrada, más allá del hecho teatral, en la actuación de Alberto Rodríguez Saá como uno de los personajes centrales de la obra, junto a Carlos Ferreyra y dirigidos por Adriana Bazzano, todos del elenco TIM, Teatro Independiente Mercedes.

La aparición de los personajes en el escenario de la sala Hugo del Carril fue recibida por una cerrada ovación, que se acentuó en Alberto Rodríguez Saá, quien se tomó unos imperceptibles segundos para recomponerse del emocionante momento y ser Sebastián, el amigo predilecto de Tuco, magistralmente interpretado por Carlos Ferreyra, en la piel de un cantor de tangos frustrado.

La actuación de Rodríguez Saá ha tenido una notable evolución desde su primera participación en el complejo Los Cedros, notándose un importante trabajo de dirección en la composición de los personajes y en el acoplamiento de las situaciones de vida que presentan los artistas.

Es importante destacar que los diferentes climas que propone la obra logran transmitirse a los espectadores, lo que no es tarea fácil sobre todo teniendo en cuenta que muchos de ellos, además de asistir a ver el espectáculo, lo hacen motivados por un natural y comprensible sentido de curiosidad.

La ambientación sonora y lumínica fue correcta.

Teniendo en cuenta declaraciones efectuadas por la directora del TIM, Adriana Bazzano, “El Acompañamiento” no se agotará en estas presentaciones ya realizadas sino que se intentará armar una gira y seguramente volver a Villa Mercedes y a San Luis, donde muchos espectadores quedaron afuera sin poder ver una impecable puesta en escena.

Sería demasiado comparar estas “auto alabanzas” con las que armaba, más abiertamente, el emperador romano, pero algunas notas periodísticas desafían la prudencia de cualquier observador ¿es necesario que un diario –el único que hay en la provincia-, por más que le pertenezca, haga empalagosas alabanzas a su dueño? ¿Hasta dónde serán capaces de llegar los periodistas aduladores para congraciarse con su patrón?
http://www.noticiassanluis.com.ar/opiniones/politica/2658-todos-para-ver-a-albertneron.html