domingo, 11 de marzo de 2012

VILLA MERCEDES: EL ACUEDUCTO NORTE, LA CORRUPCIÓN DE LA OBRA PÚBLICA DE LOS SAÁ...



Acueducto: corrupción y sometimiento

Raúl Merlo (actual intendente), Blanca Pereyra (actual diputada provincial) y Walter Aguilar (actual diputado nacional) gobernaron la intendencia desde 1998, cuando la provincia inauguró el acueducto norte. La obra se hizo mal: fue construida con materiales no apropiados, no se respetaron los niveles y las válvulas de succión nunca funcionaron. Así, en los 14 años de la cañería ya se han producido más de 60 roturas, que provocan el corte de suministro de agua en gran parte de la ciudad.



La última fisura se produjo el fin de semana pasado y se detectó al oeste de Belgrano y profesor Domínguez, un tramo “no crítico”, ya que la Municipalidad anunció el recambio de la cañería desde ese sector hacia el este. Cada rotura es un dolor de cabeza para los vecinos. Primero, quedan sin agua los barrios que reciben de manera directa el suministro del acueducto, luego, el problema se traslada a toda la ciudad con la disminución de la presión y, finalmente, el corte.

“Ya no rige la garantía, pero estamos dedicados a la solución del problema con la construcción de 3 kilómetros de caños para reemplazar el tramo donde se han producido la mayoría de las roturas”, dijo el intendente Mario Raúl Merlo cuando anunció algunas de las obras que se realizarán en el marco de la “emergencia hídrica”.

Pero Merlo, junto con Aguilar y Pereyra, fue uno de los intendentes que estuvo a cargo de la Municipalidad cuando la garantía aún no había vencido y las roturas de la obra ya iban camino a un récord.

“No hay que mirar para atrás y tomar todas las medidas para solucionar el problema”, dijo la semana pasada a la prensa el actual encargado de Obras de Obras Sanitarias Mercedes, Harold Bridger. El funcionario intentó así esquivar una responsabilidad que les cabe a todos los responsables políticos y administrativos que se sucedieron en las gestiones de la Municipalidad por no presentar una demanda a tiempo y así evitar que los villamercedinos paguen los gastos de reparación.

El sometimiento del Municipio al gobierno quedó patentado en una obra que costó 4 millones de dólares y nunca funcionó. Ningún intendente ni funcionario de Obras Sanitarias detuvo la entrega de la obra ni intentó presentar una demanda, pese a que sobraban razones para denunciar los vicios de construcción.

Entre otros desperfectos, funcionarios de la Municipalidad reconocieron que el acueducto se hizo con caños de polietileno, cuando tendría que haberse usado material de PVC. Para colmo, ahora Bridger insistiría con la compra del mismo material que no dio resultados y dejaría el camino allanado para un nuevo negocio que la provincia tendría con la fábrica de caños de plástico Thyssen, cuyo propietario es un viejo conocido de Adolfo Rodríguez Saá desde los inicios de su incipiente carrera política en la gobernación de San Luis.

Los únicos que, en distintos momentos, alzaron la voz para reclamar una investigación sobre la obra fueron legisladores de la oposición. No obstante, tanto en la cámara de Diputados como en el Concejo Deliberante, no han tenido desde hace 20 años suficiente apoyo para que aprueben sus proyectos.

Pese a la gravedad de la situación, ya que se trata del suministro de agua potable a la ciudad de Villa Mercedes, no hay informes sobre las presentaciones administrativas ni judiciales por parte de funcionarios de la Municipalidad de Villa Mercedes.

Solamente algunos reclamos aislados de vecinos pusieron el tema en el centro de la agenda periodística. En noviembre pasado, un grupo vecinos del barrio Villa Celestina enviaron una carta documento a la intendenta Blanca Pereyera para exigirle una solución “urgentísima” a los problemas que generan las permanentes fallas del acueducto norte.

Fue después que un auto cayó en un pozo provocado por las filtraciones del acueducto norte, en calle Domínguez y porque presentían que los desmoronamientos del terreno podrían afectar a las mismas viviendas de ese sector. Los vecinos, patrocinados por el abogado Ricardo André Bazla, hicieron una petición formal para que la Intendencia responda sobre los trabajos que ha realizado con el fin de solucionar el inconveniente.

El hundimiento de un auto en calle Domínguez fue un disparador de denuncias que con el correr del tiempo quedaron en el olvido. Carlos Zalazar venía circulando por la calle esa Domínguez cuando su auto se hundió en el terreno. Pudo salir de milagro, pero el R 18 Break quedó totalmente sumergido. ¿Por qué cedió el terreno? Porque el acueducto norte volvió a fallar. Hubo una nueva filtración por la calle paralela al canal de la Dársena lo que socavó la tierra provocando un enorme pozo.

Al día siguiente el suministro de agua para la ciudad fue un caos. Más de diez barrios sufrieron por cortes y disminución de presión y cinco escuelas no tuvieron clases, en uno de los días más calurosos en lo que va del año, ya que la temperatura trepó a los 32°.

Costo para los contribuyentes

El 28 de diciembre pasado, el Concejo Deliberante aprobó la emergencia hídrica, una figura que autoriza a la Municipalidad a realizar las “obras urgentes” -entre ellas la construcción cañería para reemplazar un tramo el acueducto norte- para solucionar la problemática del agua potable en la ciudad.

Pero uno de los aspectos que no se explicó suficientemente en la normativa fue que la Intendencia también tendría “vía libre” para aplicar incrementos en las facturas de Obras Sanitarias.

Así, desde los primeros días de febrero, los contribuyentes comenzar a recibir las boletas con un aumento de más del 20 %. Ese aumento volvió a patentarse en las facturas que están llegando a los domicilios y vencen en el presente mes.

Con las subas, un contribuyente que en promedio pagaba 70 pesos mensuales debe ahora abonar $84. Los “tarifazos” servirán para que la Intendencia financie los arreglos en las obras que hizo el gobierno de la provincia con serios vicios de construcción, como la planta potabilizadora del dique Vulpiani y el acueducto norte.

Las “razones” de la Municipalidad

La falta de inversiones y las obras mal hechas son los factores principales que llevaron el “colapso” de Obras Sanitarias. No obstante, la gestión de Mario Raúl Merlo ha recargado sus reproches hacia los usuarios por el derroche del agua.

Con esa excusa, el Ejecutivo pidió al Concejo la aprobación de los caudalímetros y trazó un plan de ajuste de las tarifas para el uso de agua potable.

En el mismo proyecto, aprobado en la sesión extraordinaria del 28 de diciembre, el Municipio y los concejales del oficialismo advirtieron que el agua potable está “exageradamente subvaluada” y remarcaron que la crisis de OSM se debe exclusivamente a la “falta de conciencia sobre el uso racional del agua y falta de capacidad recaudatoria”.

Así, a las obras realizadas por el gobierno con graves vicios de construcción se suma el vergonzoso sometimiento de los funcionarios de Villa Mercedes que nunca se animaron a reclamar. Ahora, el camino más fácil de la gestión municipal, de nuevo a cargo de Mario Raúl Merlo, es echarles la culpa a los vecinos por el caos en el servicio de agua potable e incrementar el costo de las facturas

¿El Concejo Deliberante, ahora con mayoría opositora, no dirá nada sobre las responsabilidades de los funcionarios municipales en el caos del servicio de agua potable?
http://www.noticiassanluis.com.ar/villa-mercedes/2456-acueducto-norte- emblema-de-la-corrupcion-y-el-sometimiento-.html